Sobre el autismo

¿Qué es el TEA?

Si hay algún responsable de nuestro comportamiento, ese es nuestro cerebro. Aunque no nos demos cuenta, nos dicta qué pensar, cómo actuar, qué decir, a qué prestar atención o cómo relacionarnos. Existen diferencias entre las personas, pero la mayoría estamos configurados de una forma semejante, lo que hace que percibamos, procesemos y expresemos la información de una forma más o menos similar. Sin embargo, esta configuración del sistema nervioso no es la única posible.

 

Las personas con Trastorno del Espectro del Autismo (TEA) presentamos una alteración en el neurodesarrollo que afecta a nuestro sistema nervioso y a nuestro funcionamiento cerebral. Nacemos con una condición neurológica diferente, lo que hace tengamos una manera diferente de entender el mundo y de interactuar con él. Esta condición nos acompaña durante toda nuestra vida y se manifiesta en nuestra forma de comunicarnos, de comportarnos y de relacionarnos con los demás.

¿POR QUÉ HABLAMOS DE UN ESPECTRO?


Porque todas las personas con TEA no somos iguales. De hecho, las manifestaciones del TEA varían tanto entre las personas, que podríamos afirmar que existen tantos tipos de TEA como personas con esta condición. Sin embargo, todas compartimos dos características, que son definitorias del trastorno:

 

*Alteraciones en la comunicación y en la interacción social.

 

A la hora de comunicarnos y de relacionarnos con los demás, nuestras habilidades son muy distintas de las habituales. Puede que manifestemos poco interés en las otras personas, o que intentemos relacionarnos de una forma socialmente extraña y poco recíproca.

 

Algunos no tenemos lenguaje verbal y otros sí, pero lo empleamos de una forma que puede resultar algo artificial o rígida. Nuestra comunicación no verbal también puede resultar particular, porque usamos menos gestos, miradas y expresiones faciales. Nos perdemos con las ironías y nos cuesta descifrar las emociones y pensamientos de los demás, por lo que preferimos que sean claros con nosotros.

 

*Patrones restrictivos y repetitivos de comportamientos, intereses o
actividades.

 

Solemos sentirnos cómodos en ambientes predecibles, llegando en ocasiones a desarrollar rutinas o rituales repetitivos para garantizar esa
estabilidad y para huir de lo cambiante y lo imprevisto, que nos genera dificultades. A veces nuestra sensibilidad visual, auditiva, gustativa o táctil está alterada, por lo que nos cuesta tolerar algunos estímulos. Nuestros intereses pueden ser peculiares, bien por su naturaleza o bien por su intensidad, y es que cuando algo despierta nuestra curiosidad, podemos convertirnos en verdaderos expertos.

 

Además, el TEA no determina el nivel de inteligencia. Muchos tenemos discapacidad intelectual, pero otros tantos presentan una inteligencia media o incluso altas capacidades. Tampoco tiene que ver con la personalidad o con las experiencias vitales, así que dentro del espectro podrás conocer a personas con diferentes intereses, inquietudes y sueños. ¡Somos tan únicos como tú!

 

 

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